#RolEnCasa
Roloctubre 2021 – Relato participante “Gourmet”
Roloctubre es un evento narrativo de Rol en Casa. Hay dos formas de participación: en narrativa escrita y en narrativa oral (en video). El plazo de inscripción es hasta el 15 de octubre del 2021.
Este es un relato enviado para participar. Te invito a leerlo por completo, pues es parte de la narrativa de la comunidad. Si te gusta, comparte el artículo en tus redes o déjame un comentario donde lo hayas visto publicado.
¡Espero también participes!
Gourmet – Relato de Roloctubre
El gusano se arrastraba con facilidad por el túnel, disfrutando de la suavidad de la superficie. Era una textura casi aterciopelada, que acariciaba su piel extremadamente sensible. La luz se filtraba por las paredes, tiñendo todo de un agradable tono rojizo, y el aroma embriagador de la comida perfumaba el ambiente. Casi podía sentirla en la boca, pero aún tenía un largo camino por delante. En cada bifurcación, el gusano se dividía y por cada puerta entraba uno de ellos. Pronto todos los túneles tenían su gusano reptando y en los más grandes había varios, avanzando con rapidez.
Cuando sonó el timbre, Valeria se apuró a atender. Estaba ansiosa por probar su caja gourmet. Le había llegado la promoción por el mail de la oficina, la empresa había hecho un acuerdo para que sus empleados pudieran comprar, con un 50% de descuento, la caja que contenía todos los ingredientes e instrucciones para preparar “un verdadero plato de alta cocina hecho con tus manos”. Sin dudarlo, se anotó para recibirla; siempre le había gustado cocinar y la receta era una adaptación local de un plato tradicional de India que había probado alguna vez en un restaurante y que recordaba como delicioso. A Lucas le encantaba.
La caja era muy completa: traía las instrucciones detalladas, todos los ingredientes, hasta la sal, y como ella había pedido la versión de lujo, también el cuchillo, la tabla para picar las verduras, la sartén donde cocinarlas y una botella de vino para servir junto con la comida. Impecable. La versión para principiantes tenía las verduras ya cortadas, pero… ¿Qué gracia tenia meter todo en la olla y ya? ¿Dónde estaba la magia de la preparación? Magia… esa gente sí que sabía hacer las cosas. Al abrir la caja una nube de polvo amarillo había saltado (no mucho, lo suficiente para que el olfato quedara impregnado) y la fragancia del curry había invadido su nariz. Maravilloso.
Valeria tomó un poco de la mezcla de especias, una pizca apenas, porque era fuerte y no le gustaba que se saturara el sabor. El arroz hervía en la olla e iba tomando el tono amarillento del curry mientras en la sartén las verduras daban un espectáculo lleno de color y sonido: el rojo de los ajíes, el naranja de la zanahoria, el verde del brócoli, el dorado de las cebollas… Todo se mezclaba al son de la fritura con un toque de aceite de oliva, que completaba la “experiencia sensorial” que le habían prometido. Hasta podía sentirla correr bajo la piel, como un cosquilleo. Al seguir los pasos tal cual indicaba el prospecto, el plato iba quedando como en las fotos de la publicidad. Súper sencillo, cuando el arroz estuviera a punto debía mezclarlo en una fuente con tres cuartas partes del preparado de verduras y utilizar el cuarto restante para decorar, junto con las rositas que había hecho con tiras de zanahoria cruda y unas hojas de perejil fresco.
Había calculado el tiempo para tener todo preparado y listo cuando llegara Lucas del trabajo, para cenar juntos. En el comedor en penumbras, la mesa estaba casi lista con el mantel de hilo, los platos de porcelana y las copas de cristal. El vino se enfriaba en un recipiente con hielo y solo faltaba colocar el candelabro, el toque final de su cena gourmet antes de decorar el plato y cambiarse para recibirlo.
Fue entonces cuando el primer gusano alcanzó su objetivo. Las neuronas cargadas de dopamina estaban exquisitas y pronto los otros se unieron al banquete.
Valeria se agarró la cabeza, arrojó todo al suelo y las tres velas se partieron con el impacto. El dolor era infinito e insoportable, quería gritar desesperada. Sin embargo, una sonrisa beatífica adornaba su rostro y luego de un momento se agachó a juntar los adornos, cambió las velas por unas sanas y coloco el candelabro sobre la mesa. Caminando con torpeza, como una marioneta que manejara un titiritero inexperto, se dirigió al dormitorio a ponerse la ropa para esperar a su marido. Un observador atento habría notado, quizás, un leve fruncimiento de la nariz y los ojos que se cerraban con fuerza cada tanto, o tal vez los puños que se apretaban en un gesto de frustración, pero era algo que sucedía muy rápido y desaparecía al instante.
Lucas abrió la puerta y lo invadió el perfume casi intoxicante que salía de la cocina. Entró corriendo y abrazó a Valeria tomándola de espaldas para sorprenderla, pero al principio no reaccionó. Un segundo después se giraba sonriendo y le ofrecía una cucharada de arroz especiado que aceptó hambriento, ella sabía cómo le gustaba la comida india.
-¡Sentí el perfume de este curry! -le dijo y sin darle tiempo a reaccionar, le metió casi el frasco en la nariz y él aspiró con fuerza, hasta estornudar en medio de una lluvia de risas. Era delicioso.
No se dio cuenta de que la piel de Valeria parecía hervir. Pequeñas ondulaciones atravesaban el rostro y las manos, como las que se ven en la corriente de un río un día sin viento, ni se le ocurrió que las lágrimas eran causadas por el dolor, porque ella nunca había abandonado el gesto alegre.
En la nariz de Lucas el gusano comenzaba su recorrido entre túneles aterciopelados y en un galpón abandonado del puerto se escuchó una carcajada.
Autor Graciela Margarita Rapan
*Este texto se crea para el evento narrativo Roloctubre de Rol en Casa. Por favor no reproducirlo ni copiarlo, es una creación original de un miembro de la comunidad.